Hoy no cabe duda: Charly García es irreverente, polémico, genial. Nunca pasa inadvertido. Es por lejos la figura más trascendente de la historia del rock argentino. Pero no siempre fue así: es más, de pequeño destacó por su timidez. Por ser un chico sensible, bien de extrañar. Una personalidad introvertida que le pasó la cuenta.

Y es que ese suave carácter fue el detonante principal del bigote bicolor que tanto lo caracteriza. ¿Cómo? Cuando tenía tan sólo tres años, sus padres se embarcaron en un viaje por Europa, quedando al cuidado de su abuela materna y un gran contingente de niñeras.

Cuenta la madre, Carmen Moreno, a Rolling Stone que Charly "nunca me perdonó ese viaje. Fueron muchos días y él nos extrañó tanto que le agarró vitíligo. Es el día de hoy que me acuerdo y me arrepiento".

En efecto, Charly no era el mismo: esa tarde, cuando regresaron a su hogar, Carmen y Carlos vieron cómo su pequeño hijo presentaba unas manchas blancas esparcidas por el lado derecho de su rostro.

El genio tras Serú Girán extrañó tanto a sus padres, que todo derivó en una crisis nerviosa y, en consecuencia, en el problema de pigmentación que es el vitíligo.

El propio García lo confirmaría años más tarde en una entrevista. "¿Por qué tengo el bigote bicolor? Porque mamá y papá se fueron muy lejos. Los extrañé mucho y así me salió el bigote. No fue antojo, fue un extrañar", aseguró.