Stephen King cierra su exitosa trilogía policial

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Fin de guardia culmina la saga que comenzó con Mr. Mercedes y Quien pierde paga. El libro llega en un momento de esplendor del autor de Maine: con 70 años cumplidos, disfruta del éxito de la película y de la novela It, que volvió al ranking de bestsellers.


Abre los ojos. Brady Hartsfield despierta y sale de la oscuridad después de 15 meses. Está en una habitación de hospital. Aún no sabe quién es ni cómo llegó allí. Poco a poco las imágenes acudirán a su memoria: la mañana en que embistió a una multitud a bordo de un Mercedes-Benz en un centro cívico, mató ocho personas y dejó un reguero de heridos. Luego, su intento de hacer volar una sala de rock durante un concierto, y el golpe en la cabeza que impidió su plan y lo dejó catatónico. Y por supuesto: la figura del detective Bill Hodges, "ese puto Hodges que lo estropeó todo".

Tiempo más tarde, en una sala de espera, el detective Gustavo Bill Hodges recibe una llamada urgente. Es un viejo amigo quien lo llama desde la escena de un crimen. Se trata de un asesinato-suicidio: una madre mató a su hija inválida y se suicidó. Hodges las conocía a ambas: la hija era una de las víctimas que fue arrollada por por el loco del Mercedes.

No será la única muerte: una ola de suicidios afectará a personas vinculadas de algún modo con la tragedia del centro cívico. Una serie de indicios llevarán al detective a pensar de nuevo en Brady Hartsfield. Pero este, cree el investigador, no es más que una conciencia dormida en la habitación 217 del hospital.

El misterio está planteado y es la trama narrativa de Fin de guardia, la nueva novela de Stephen King. Publicada el año pasado en EEUU y recién llegada a Chile, Fin de guardia cierra la trilogía policial que comenzó en Mr Mercedes (2014) y prosiguió en Quien pierde paga (2015).

Desde el inicio la saga fue recibida con entusiasmo de crítica y lectores. Mr. Mercedes recibió el Premio Edgard a la mejor novela de misterio de EEUU, y Quien pierde paga logró sonoros aplausos de la crítica. En la despedida de la trilogía, el autor regresa al origen: al sicópata que embistió a la multitud en un auto robado.

El libro llega en un momento de esplendor para Stephen King: después de años etiquetado como escritor menor, su aporte a la cultura popular ha resultado mayor. No solo en la narrativa y los nuevos autores de misterio, ciencia ficción y cómic. También en el cine y la TV: desde Stranger things -un homenaje a los mundos de amistad y horror del autor de Maine- a It, un éxito en su regreso al cine.

Con 70 años recién cumplidos (estuvo de cumpleaños el jueves 21), la obra del autor de Carrie y El resplandor parece haber encontrado nuevos horizontes en la era de Netflix y las redes sociales. De hecho la novela It que inspira la película, volvió al ranking de bestsellers a 30 años de su primera edición.

A lo Hitchcock

Con esta trilogía policial Stephen King fue más allá de los límites de su obra: jugó en terreno desconocido. Debutar en la novela negra a los 67 años fue una aventura. Y un riesgo. Pero un riesgo controlado a fin de cuentas: en los códigos del policial y con su enorme habilidad narrativa -King hace parecer fácil y natural lo difícil y extraño- volvió a sus temas de siempre.

Mr Mercedes, con su protagonista raro y desquiciado y ese auto asesino, recordaba ligeramente a Carrie y a Christine. Quien pierde paga -tal vez el punto más alto de la trilogía- volvió sobre un tema obsesivo para King: los escritores y los fanáticos esquizoides que los asedian. Es la historia detrás de Misery y de Una ventana secreta.

Fin de guardia pone en escena los poderes mentales (Carrie, El resplandor), la venganza y los horrores que puede desencadenar la tecnología (Cell).

Brady Harstfield, el chico sicótico de Mr. Mercedes, vuelve del coma gracias a un médico genial y hambriento de gloria. El doctor ha desarrollado un nuevo fármaco y pese a que aún no es aprobado en humanos, experimenta con Brady. Meses después, este despierta. Poco a poco recupera sus facultades y desarrolla nuevos poderes. No podrá levantarse físicamente de la cama, pero sí lo hará a través de la telekinesis: se apoderará de la mente de otros.

El detective Hodges quiere desentrañar el misterio de los suicidios, pero él mismo está acechado por la muerte: un cáncer amenaza con llevárselo pronto.

A diferencia del policial a lo Agatha Christie, acá King no oculta cartas: desde el inicio conocemos al culpable. "Hitchcock dijo una vez que la diferencia entre horror y suspenso es que el horror es cuando una bomba explota en escena", dijo en una entrevista con CBS. "El suspenso es cuando ves la bomba debajo de la mesa y los personajes conversan y no se dan cuenta que está ahí (la bomba), y el tiempo se agota para que explote… Así que en Fin de guardia sabes quien es el tipo malo. Y si lees los otros dos (libros), sabrás absolutamente de qué es capaz".

King disfruta su éxito pero no se cruza de brazos: ya tiene una novela nueva, Bellas durmientes, una distopía escrita junto a su hijo Owen. En ella las mujeres del mundo se han ido a dormir en capullos y durante su sueño pueden viajar a otras dimensiones. Mientras, los hombres quedan abandonados y se vuelven salvajes. Sale a la venta mañana en EEUU. Desde luego, sus derechos a la TV ya fueron vendidos.

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