Muere Adel Hakim, el director que estrechó un fuerte lazo con Chile

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El creador de origen egipcio, quien padecía esclerosis lateral amiotrófica (ELA), había divulgado una carta en la que anunciaba un suicidio asistido. Finalmente falleció hoy en Francia a los 64 años por causas naturales.


Lo había planeado todo de otra manera. Una más digna, según le había hecho saber a sus cercanos, y que al mismo tiempo no lo mantuviera prisionero de su propio cuerpo innecesariamente. Cada vez más debilitado por la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que padecía hace casi 3 años, el 15 de agosto pasado el director de origen egipcio, aunque radicado en Francia, Adel Hakim, puso punto final a la carta más honesta que había escrito en sus 63 años de vida. La tituló Libre adiós, y ya en sus primeras líneas se revelaba no solo el fundamento político de una decisión que lo rondaba hacía meses, sino y por sobre todo la convicción humana de quien sabía cuándo detenerse.

"En 1975 Francia vuelve legal la interrupción voluntaria del embarazo. En 1981 Francia proclama la abolición de la pena de muerte. En 2013 Francia legaliza el matrimonio igualitario. Cada una de estas leyes aumenta el nivel de respeto y dignidad de los ciudadanos", se lee al inicio. "La experiencia que vivo hace casi tres años (…) me ha hecho descubrir, de manera íntima, una nueva experiencia de vida. Otra libertad. Una libertad prohibida por la legislación francesa"

Sigue: "(…) Ninguno de mis cercanos se ha opuesto a mi decisión, incluyendo mi hija, Lou. Este privilegio me ha permitido adherirme a una asociación en Suiza, Dignitas, para fijar mi último día de vida en nuestro planeta: el lunes 28 de agosto de 2017. (…) No se trata de una eutanasia, sino de un suicidio asistido con una voluntad consciente del paciente de dar fin a sus días, entendiendo su dificultad para sobrevivir. Es que a veces una muerte serena es la única solución frente a los dolores provocados por el esfuerzo terapéutico".

Sus planes, sin embargo, se vieron frustrados durante las horas previas a su traslado a Zurich. "La enfermedad le había quitado el habla, y hacía poco había quedado parapléjico. Llevaba algunos días bajo el efecto de los medicamentos, durmiendo mucho, y el viernes pasado me pidió que tradujera su carta y que la enviara a quienes lo habían conocido en Chile, y eso hice", cuenta desde Francia el actor chileno Pablo Dubott, quien egresó de la UC con un montaje dirigido por Hakim y que era su ayudante desde hace 6 años. "Nosotros sabíamos de su decisión hacía tiempo y la respetábamos, y el viernes pasado me despedí de él por última vez, pues el lunes iba a ocurrir todo, pero esa madrugada tuvo algunas complicaciones y finalmente no alcanzó a viajar a Zurich", revela.

Hoy, a eso de las 8 de la tarde en Francia (14 horas en Chile), según Dubott, Adel Hakim falleció en su casa a los 64 años. "Su muerte se produjo por causas naturales", afirma, "y entre nosotros, quienes estuvimos más cerca suyo hasta las últimas, incluida su hija, sentimos la desazón de que su última voluntad no se cumpliera".

Luto temprano

A la 1 de la tarde del lunes pasado, el día en que Adel Hakim se trasladaría a Zurich para internarse en la clínica Dignitas, un grupo de actores y académicos chilenos que habían recibido la misma carta a petición del propio creador, le rendían un homenaje al también director artístico del Théâtre des quartiers d'Ivry (uno de los diez teatros nacionales en Francia) desde 1992, y quien en 1997 estrechó un fuerte lazo artístico con nuestro país, cuando vino por primera vez a Chile. Ahí estaban, frente a la pérgola del Campus Oriente de la UC, el director de la Escuela de Teatro, Alexei Vergara; el director artístico del Teatro UC, Andrés Kalawski, y un lote de reconocidos nombres de la escena nacional, como Héctor Noguera, Claudia Pérez, Rodrigo Muñoz, Alvaro Viguera, Roxana Naranjo y varios otros de los que habían trabajado y tomado clases con él.

En redes sociales, en tanto, el Sindicato de Actores (Sidarte) y los actores Tito Bustamante y Eduardo Luna, entre otros, lamentaban a esas horas del lunes el eventual deceso de Adel Hakim, que incluso fue consignado hoy por un medio local. "La carta supuestamente iba a circular solo entre sus más cercanos, y finalmente se hizo pública y hubo que aclararlo todo", dice Dubott, quien aclara que ante la inesperada partida de Hakim ("inesperada y antes de tiempo, según su plan"), aún no se sabe cuándo ni dónde serán sus funerales. "Todo estaba preparado en caso de que lograra llegar a Zurich, pero ahora habrá que replanearlo todo", dice.

Como en casa

Nacido en el Cairo en 1953, hijo de padre egipto-libanés y madre italiana, Adel Hakim vivió en su tierra natal hasta los 11 años. Aún junto a sus padres se trasladó ese año a Beirut, y en 1972 se instaló definitivamente en Francia. Diplomado en Matemática y Economía, obtuvo su doctorado en Filosofía en La Sorbonne, en 1984. Fue cuando tuvo sus primeros acercamientos con el teatro.

En 1980 conoció a Ariane Mnouchkine, y trabajó más de un año en el Théâtre du Soleil, del que heredó las bases de la Comedia del Arte, además de un estilo propio para poner en escena. Al poco tiempo tomó talleres con John Strasberg del Actor's Studio, donde adquirió los nuevos conocimientos sobre el arte del actor, la construcción del personaje y la dirección de actores.

"Fue un gran maestro, y uno muy generoso además, aunque no por eso menos acucioso ni estricto. Siempre que dirijo pienso en él y en cómo me habría corregido", dice el actor y Premio Nacional Héctor Noguera, quien en dos oportunidades se puso bajo las órdenes de Hakim, en las obras La controversia de Valladolid (2000) y Ejecutor 14 (2004).

"Tenía una capacidad titánica de llevar a veces diez proyectos simultáneos y formaba generosamente equipos de trabajo que se lucían con sus ideas", se suma a sus palabras el dramaturgo Benjamín Galemiri, cuya obra Déjala sangrar (2006) fue quizás la más emblemática entre las 20 piezas que Hakim estrenó en Chile, además de dirigir egresos y dar clases en las universidades Católica, de Chile y Finis Terrae.

Su última visita al país la hizo en 2013, cuando trajo dos obras del uruguayo Gabriel Calderón, Uz, el pueblo y Mi muñequita. "En Chile me siento como en casa", decía entonces: "Tan en casa que incluso tengo amigos y puedo hacer lo que se me antoje sin sentir que soy observado. Si ya te ven bastante sobre el escenario, a veces debes esconderte cuando no lo estás".

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