Noticias de Francisco Morales

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Si tiene algún sentido referirse al arte de Francisco Morales ahora es por su reciente exposición individual titulada Conflictos de interés en galería Local. Presenta 50 obras donde el humor descabellado se alterna con la melancolía de personajes, letras, signos y escenas realizadas con un dibujo de cruel realismo.


Las primeras noticias que tuve de Francisco Morales fueron a través de unos videos que me hizo llegar una amiga. Eran videos en los que prendía fuego a grafitis de mensajes de amor que encontraba en las calles. Los detectaba, luego preparaba una operación nocturna para dibujar sobre ellos con mecha que luego prendía suscitando un fulgor breve. Había un riesgo en sus intervenciones, un riesgo en nombre del amor anónimo descubierto al azar. También estaba dispuesto a trabajar mucho para producir una sensación efímera. Es un obsesivo, pensé.

Después caí en una inauguración, en un sitio llamado Bloc. El lugar estaba lleno de gente joven. Me sentí incómodo. Cuando iba saliendo vi en una muralla una larga pintura, de un realismo enturbiado. Era un óleo grande y a su lado colgaban tazas, cubiertos, pequeños papeles con recados. Era una pintura rodeada de signos que articulaban un ambiente precario y realista. Pregunté y era una obra de Francisco Morales, que estaba fuera de la inauguración, fumando. Salí y nos quedamos conversando un rato. Me contó que recorría la ciudad caminando. Y rápido me di cuenta que parte de sus amigos venían del mundo de la literatura. Era un lector curioso y voraz.

Ocupó a la sexy actriz Christina Ricci como modelo de una gran pintura que marcaría un cambio en su corto pero urgente trayecto como artista. Con esta obra empieza a abandonar el realismo para acercarse a otros imaginarios más inciertos. Documentos de esta operación son la muestra que hizo junto a Domingo Martínez, en la que utilizaron las premisas del situacionismo para apropiarse de la galería con cuadros y objetos, logrando un ambiente de extrañeza, tutelado por la cara de deseo y la pose caliente de la Christina Ricci pintada por Morales.

Otro registro de la obra de Morales es el libro Antología de amor de Claudia Schwartz, que junta poemas de Francisco Ide con imágenes de sus pinturas. El libro fue lanzado con una muestra en que Morales desplegó su obra por una antigua casa abandonada. Dejó los cuadros en distintas piezas. Eran obras pequeñas que dispuso a alturas diversas, con una iluminación suave. Nuevamente Morales se había adueñado de un lugar para convertirlo en otro. En el lanzamiento Ide recitó sus poemas mientras los asistentes paseaban por las salas mirando las pinturas. Lo que unía el trabajo de ambos era el gesto de apropiarse de una obra ajena para distorsionarla hasta convertirla en propia y única.

Si tiene algún sentido referirse al arte de Francisco Morales ahora es por su reciente exposición individual titulada Conflictos de interés en galería Local. Presenta 50 obras donde el humor descabellado se alterna con la melancolía de personajes, letras, signos y escenas realizadas con un dibujo de cruel realismo. Un trazo motivado por los bajos instintos más que por el placer mimético. Lo suyo es someter la gráfica a la técnica de la pintura. Es una deliberada perversión que Morales goza con impudicia. En las pinturas que componen Conflictos de interés hay locura, ira, risotadas y mucha calle. Su imaginario mezcla lo oriental con lo lumpen y lo sofisticado, y lo hace con un desparpajo incondicional. Con esta exposición Morales inyecta una vitalidad que hacía falta en el anémico y calculado ambiente de las artes visuales.

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