Lila Downs: "Es necesario reconocer esa voz interna maravillosa de las mujeres"

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La artista mexicana habla con Culto sobre su concierto de este domingo en el Teatro Municipal junto a la chilena Ana Tijoux. También explica cómo fue trabajar con Mon Laferte en su último disco y por qué sus nuevas canciones nacen desde la melancolía.


El primer encuentro de Lila Downs y Ana Tijoux sobre un escenario chileno sucedió en 2015, cuando la mexicana se presentó en el Teatro Nescafé de las Artes e invitó a la ex Makiza para interpretar juntas una canción. "El haber podido tocar con Ana esa vez fue un verdadero regalo", explica Downs a La Tercera, al teléfono desde México.

Dos años más tarde el reencuentro será más extenso: ambas llegarán este domingo al Teatro Municipal de Santiago, con un concierto doble donde cada una presentará su repertorio: en el caso de la cantautora mexicana, su más reciente disco, Salón, lágrimas y deseo, publicado este año, mientras que Tijoux hará lo propio con su proyecto Roja y Negro, canciones de amor y desamor, que formó junto a los músicos Raimundo Santander y Ramiro Durán. Ambos trabajos con el bolero como eje central, lo que podría facilitar una colaboración sobre el escenario. "Veremos qué es lo que sale. Las dos tenemos canciones con las que perfectamente podríamos hacer juntas; ojalá se dé el tiempo para hacerlo", asegura Downs.

-¿Cómo se siguió dando el acercamiento con Ana Tijoux desde ese concierto de 2015?

-Tenemos muchos amigos en común y además compartimos a algunas personas con las que trabajamos. De todas formas yo la he ido siguiendo a ella y su carrera. Es una persona que tiene mucha sensibilidad y mucho talento en su arte. Es una poeta verdadera.

-En su último disco colabora con otra chilena, Mon Laferte. ¿Cómo fue esa experiencia?

-Fue algo muy lindo. La conocí a ella en un festival en el que coincidimos en Veracruz; se me acercó y me contó que me escuchaba desde que ella todavía estaba formándose en Chile y eso me dio muchísimo gusto. Con mi banda tenemos hace muchísimo tiempo una cercanía con una comunidad chilena en Nueva York; el baterista de mi grupo es chileno, entonces tenemos un nexo con Chile. Y me gusta mucho lo que hace ella, es muy auténtico. Su sentido visual también es muy llamativo. Me parece que es una persona muy honesta.

-Pareciera que siempre ha existido una conexión entre la escena musical chilena y la mexicana. ¿Por qué cree que sucede eso?

-Creo que es algo muy latinoamericano. En esta región tenemos los mismos problemas y las mismas bendiciones. Esa mezcla entre la cultura indígena y la cultura europea. Hay un género aquí en México, de mi tierra, porque yo soy del sur, de Oaxaca, que se llama "la chilena", que se originó por inmigrantes chilenos y peruanos. Se parece a la cueca y se baila también con una pañoleta. Tenemos una hermandad muy grande con Chile. Aquí gusta mucho que la canción chilena sea comprometida.

-Su último disco es bastante político y melancólico. ¿Qué inspiro esas canciones?

-En parte fue el hecho que haya ganado el racismo y el odio en el vecino de al norte (Estados Unidos). Pero me di cuenta que me faltaba, por decirlo así, llorar. En México a veces decimos que hay que llorar con la botella o con la guitarra para sacarse las cosas de encima. Y el hacer música terminó siendo terapéutico. Este es un grupo de canciones y boleros que sentía la inquietud de cantar, y que van con dedicatoria a mi país, del cual me siento muy triste, porque sigue habiendo mentiras, hipocresía y corrupción. A través de metáforas quiero hablarle a Estados Unidos, pero por sobre todo a México.

-¿No siente optimismo de que las cosas puedan comenzar a ir mejor en México y su entorno?

-Por supuesto que sí; yo soy una persona que no pierde la fe y es algo que trato de plasmar en el disco. De cierta forma, siento que es un trabajo muy femenino. Las mujeres tenemos eso de que nos pueden pasar cosas muy malas, que vivimos en nuestra sociedad día a día que nos van quitando libertades, pero nunca perdemos nuestra fortaleza interior. Por eso este disco va dedicado a las mujeres, que a pesar de la oscuridad salen adelante. Muestra cómo la melancolía puede convertirse en luz. Es necesario reconocer esa voz interna maravillosa que tenemos las mujeres.

Las entradas para el concierto de Lila Downs y Ana Tijoux están disponibles a través del sistema Ticketek, con valores entre $ 34.500 y $ 56.350.

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