Poeta Yanko González: "Quería escribir poemas habitables para todos"

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Su libro Metales Pesados (1998) es reeditado con prólogo del hispanista Niall Binns. Título esencial de los años 90, registra el habla marginal y parodia el lenguaje académico.


"Reducimos a fierrazos/ Al matón de la puerta/ Que se dice/ El dueño de la Disco/ El vivo saca una fogueo pirateada/ Y nos repliega a tunazos/ La guatona new wave se quiebra de cariño/ El ruido baja a los Depeche Mode", se lee en uno de los poemas que conforman Metales pesados, de Yanko González (46).

El poeta, quien estudió en el INBA, en Santiago, y luego antropología en España, se instaló en Valdivia, donde publicó su primer libro por Ediciones El Kultrún, en 1998. Un volumen en que registra el habla marginal y a la vez le toma el pelo al lenguaje académico.

"Es de los pocos hitos ineludibles de la poesía chilena de la posdictadura, una vuelta de tuerca a una tradición poética que se ha ido definiendo cada vez más por su exploración de los márgenes de la sociedad", escribe el hispanista escocés Niall Binns en el prólogo de la nueva edición de Metales pesados, publicado por Alquimia en conjunto con Montacerdos.

"En materia de escritura, retengo cierta angustia por no acabar la búsqueda. Ciertas críticas me afectaron, sobre todo las que me jodían con la cantinela de la oralidad. En mi defensa, al menos, la intención, pues quería escribir poemas habitables para todos y no mausoleos cerrados para nadie", dice sobre aquellos años González, quien ejerce la docencia y dirige Ediciones UACh (Universidad Austral de Chile).

Metales pesados también le dio nombre a la librería que abrió, hace 14 años, Sergio Parra en barrio Bellas Artes. "Creo que un poema debe estar siempre de pie, no puede sentarse, porque está siempre de paso", dice González, quien comparte generación con Germán Carrasco, Leonardo Sanhueza, Andrés Anwandter y Kurt Folch. "Con la excepción de Germán, no tuve una relación de 'comunidad' literaria o expresiva con muchos poetas emergidos en los años 90 en Santiago. Quizás porque me fui de esa ciudad muy joven o me preocupaban las apuestas estéticas y vitales de poetas anteriores o alejados de la capital", señala el autor, quien una década después de Metales pesados publicó Alto Volta. Luego vino Elabuga (2011).

Su nuevo proyecto tiene como título tentativo Torpedos. "Se trata de objetos textuales y visuales, remedos minúsculos y en distintos soportes, que alegan contra las arbitrariedades de la memoria biológica y comunicativa, pero también contra las sanciones del olvido, aquello que hace decir afligidamente a ese gran pensador mexicano Mario Moreno, 'perdonen la falta de ignorancia'", señala.

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