Pet Shop Boys: "El streaming ha ido matando el verdadero sentido de la música"

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Los británicos inician esta noche, en Espacio Riesco, la gira mundial de su celebrado último disco, Super. Con 35 años de carrera, el dúo se muestra crítico ante la actual escena electrónica, las redes sociales y Spotify.


El domingo pasado, Neil Tennant y Chris Lowe aterrizaron por quinta vez en Santiago y desde entonces han pasado su tiempo en el mall, en parques capitalinos y, sobre todo, en Espacio Riesco, ajustando los detalles de su show de esta noche. A 14 meses del término de su extenuante Electric Tour, que tuvo como segunda escala a Chile en mayo de 2013, Pet Shop Boys dará la partida esta noche a su nueva gira planetaria, la que servirá para promocionar su más reciente disco de estudio, Super. Nuevamente, el público chileno será testigo privilegiado de toda una nueva propuesta en vivo del célebre dúo londinense.

Si bien mantienen bajo reserva los detalles, los autores de Suburbia, sentados en un salón de un hotel capitalino, adelantan que lo de hoy tiene como base los cuatro shows que dieron en julio pasado en el prestigioso Royal Opera House de la capital inglesa: rayos láser, trajes inflables de estética futurista y un despliegue visual que es marca registrada del dúo, al que se sumará su banda de músicos "que hacen que todo suene más potente y bailable", explica Tennant.

Lo que acota el vocalista no es un dato menor: primero con Electric (2013) y ahora con Super (2016), en los últimos años Tennant y Lowe han vuelto a lo que llaman "purismo electrónico", con dos discos donde no hay baladas orquestadas, guitarras ni instrumentos análogos. "Es parecido a lo que hacíamos en nuestros demos de comienzos de los 80, cuando sólo usábamos una caja de ritmos, un piano electrónico y una especie de sintetizador. Hay algo de eso en lo que estamos haciendo ahora, tratando de hacer música más minimalista, no tan sobreproducida, que al final es más dificil de lograr", agrega.

Y aunque aseguran que este regreso a las máquinas no es una declaración de principios, en las canciones de Super se pueden encontrar algunas claves de cómo un grupo con 35 años liderando la escena del pop bailable se mueve en un presente dominado por DJs superestrellas, festivales de adolescentes y fiestas para millonarios. Como The pop kids, el primer single, una nostálgica historia semi autobiográfica que homenajea el circuito nocturno londinense de los años 90. O Inner Sanctum, que compara los clubes de electrónica actuales con una suerte de santuario oculto y reservado sólo para algunos elegidos.

"Las fiestas de hoy se volvieron algo muy distinto a lo que eran las raves de antes. Pasaron de tener a un grupo de personas bailando al aire libre a estas áreas VIP de los clubes, con gente bien vestida gastande cientos de dólares en champaña y vodka", dice Tennant.

¿Ven algo para rescatar de lo que se está haciendo en los festivales masivos de electrónica, o en los clubes nocturnos europeos?

NT: Creo que ahora, para mucha gente, el único punto es demostrar que son capaces de gastar mucha plata en una noche. Me parece que es la influencia de los raperos. Y de los millonarios rusos. La primera vez que fuimos a Moscú, en 1993, nos llevaron a un restorán donde hubo un remate en el que el objetivo era buscar a quien pagara la mayor suma de dinero por una rosa. Fue el inicio de la nueva oligarquía rusa, y los clubes actualmente son eso: cuánto estás dispuesto a pagar por una sola flor.

CL: En mi caso, prefiero lo que sale de escenas más underground, de algunos clubes subterráneos y no tanto de las "pool party".

¿Han ido a fiestas en Sudamérica? Twenty-something, el segundo single de Super, parece tener ritmo de reaggaetón.

CL: De hecho, lo es. Si bien se escucha reggaetón en Europa y Los Angeles, esa canción salió de nuestro último viaje por Latinoamérica, porque nos encantó ese ritmo, que es tan distinto a lo que estamos haciendo ahora. La última vez que salimos de fiesta en Colombia uno de los pisos era solo de reggaetón y era el más entretenido, todos se reían y parecían pasarlo bien. Creo que, en el fondo, siempre nos ha interesado la musica latina, aun cuando a veces no sepamos que es música latina.

Electric y Super fueron concebidos como parte de una trilogía. ¿Están trabajando ya en un tercer álbum?

CL: Tenemos algunas canciones que podrían terminar siendo parte de ese disco, y que parecen ir en una dirección un poco más pop. Ya no sabemos lo que es pop actualmente la verdad, Justin Bieber lo es, pero me refiero a lo que nosotros llamaríamos pop: canciones en un sentido más tradicional. Tenemos que terminar esta gira primero y después ir al estudio a ver qué sale.

Si bien tienen cuenta oficial de Twitter, en diversas ocasiones han criticado la "falsedad" de este medio. ¿Cómo conviven con este mundo donde todo parece ocurrir en las redes sociales?

NT: Efectivamente, todo lo que ocurre allí es falso. (Las redes sociales) prometen una relación uno a uno que no se cumple, y por lo mismo crea frustación y mucho odio en internet. A la mayoría no le gusta decir esto pero es la verdad: te venden una fantasía y muchas celebridades alimentan esa fantasía, pero lo cierto es que no es más que un efectivo medio para que gente le venda algo a otra gente.

Y en el caso de sus fans, ¿prefieren comunicarse con ellos en vivo?

Es algo complicado de explicar. Lo diré de esta forma: cuando recién partimos era muy difícil enterarse de lo que estaba haciendo Pet Shop Boys si estabas en Rusia, o Alabama, o en Chile. Pero esa dificultad lo hacía sentir más especial. Ahora todo esta allí, puedes pasarte horas viendo videos en YouTube pero se ha perdido esa sensación de lo que es especial en la música. Particularmente con el streaming, creo que para toda una nueva generación la música ya no es algo especial, pese a que toda nuestra carrera ha estado basada en la premisa de hacer las cosas de una forma distinta al resto, de presentarlas de una manera única, especial, no como un simple producto. Spotify lo presenta como un producto y por eso ha ido matando el verdadero sentido de la música. Pero así es como está el mundo, con este ideal de estar todos unidos y ser iguales. Ayer fui a un mall acá en Santiago y encontré la misma ropa de las tiendas de Londres, con las mismas campañas promocionales. Eso un poco deprimente, ¿no crees?.

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